A través de los objetivos de los principales fotógrafos y videógrafos internacionales, incluido el premiado fotoperiodista y colaborador del New York Times Ivor Prickett y el fotoperiodista Muhammed Muheisen, ganador de dos premios Pulitzer, Canon revela una serie de predicciones de diferentes expertos sobre cómo será el futuro del “storytelling” visual.

Cada segundo podemos acceder a historias digitales con toda facilidad y los avances tecnológicos nos permiten contar historias de una forma más cautivadora e inmersiva, lo que abre nuevas posibilidades tanto para los creadores como para los espectadores. Tal y como afirma la famosa fotógrafa de retratos Guia Besana, el “storytelling” “va a cambiar mucho en las próximas generaciones”. Entonces, ¿qué nos deparará el futuro del “storytelling” visual en un mundo más tecnológico y politizado?

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Si bien los humanos somos “storytellers” naturales, recientemente y gracias a la tecnología, hemos sido capaces de alcanzar nuevos niveles de profundidad y emotividad en el contenido que creamos. A este respecto, la fotógrafa española Marina Cano sostiene que “el storytelling visual se desarrollará en los próximos diez años como la principal forma de transmitir información, ideas y valores”. Las nuevas herramientas, como la fotografía y el vídeo, permiten que una historia trascienda e impacte con mayor efectividad que el texto o el audio: “Es bien sabido que las personas recuerdan solo un 10% de lo que escuchan, pero un 80% de lo que ven. Teniendo esto en mente, contamos con las herramientas perfectas para transmitir nuestra visión y pasión”, apunta Marina.

“Storytelling” dirigido por los espectadores en un mundo interactivo

Los expertos predicen que las tecnologías de la inteligencia artificial (AI) y de la realidad aumentada (AR) serán fundamentales para la aparición del “storytelling” dirigido por el espectador, con audiencias que demandarán un mayor control sobre los puntos de vista del contenido.

En la próxima década, se podría llegar a un punto en el que los espectadores podrán tomar el control sobre cómo ver una imagen, desde el ajuste de la iluminación al cambio de ángulos de la cámara, lo que dará lugar a una experiencia totalmente interactiva y personalizada.

Sobre esta tendencia, Simeon Quarrie, famoso cineasta que utiliza el poder de las imágenes en movimiento y fijas para crear experiencias de ”storytelling” inmersivo, ha declarado que “los algoritmos de las redes sociales deciden que historias ves, en función de tu historial de visionados, pero el algoritmo del futuro dictará la estructura de las historias que vas a ver”.

Muhammed Muheisen está de acuerdo y añade que “las herramientas están cambiando y la tecnología se está imponiendo. Las redes sociales están por todos lados. Es como si fuera un tren que se mueve a gran velocidad y más te vale montarte en él o pasarás diez años intentando alcanzarlo”.

La tecnología ha dejado de ser una herramienta pasiva, utilizada para seguir virtualmente las vidas de otros. Cada vez más, los ”storytellers” buscan crear una experiencia interactiva. “Imagina que estás viendo una película o una serie de televisión. La toma y el encuadre permanecen estructurados, pero los elementos visuales dentro de la historia cambian”, añade Simeon.

Esta tendencia ya está informando de cómo los espectadores se relacionan con los contenidos, algo que se hace patente con el reciente anuncio, de una gran plataforma de “streaming”, del lanzamiento de al menos un título interactivo cada tres meses. El analista de medios Kevin Tran, de la revista Variety, considera que se trata de una aproximación dirigida a atraer al público de forma atractiva en un panorama mediático cada vez más competitivo.

La democratización del “storytelling”

La fotógrafa de retratos Guia Besana, cuyo trabajo se centra en temas relacionados con las mujeres y su identidad, cree que durante los próximos diez años “el storytelling abarcará un conocimiento más amplio. Aportará nuevas historias con nuevos puntos de vista”.

La proliferación de las redes sociales significa que las historias de ámbito regional han alcanzado una mayor relevancia y significado a escala global, como apunta la cineasta de documentales Laura Bisgaard Krogh. “[Debemos] contar historias que sean verdaderamente importantes. Para que podamos hacerlo, todos se tienen que involucrar”.

Conforme las tecnologías de la imagen y las redes sociales resultan más accesibles, más historias locales podrán ser conocidas globalmente. “La tecnología me permite a mí, personalmente, llegar a millones de personas, en unos pocos segundos, a través de las redes sociales”, comenta Muhammed Muheisen.

Mirando al futuro, podemos prever un crecimiento del interés por las historias visuales que traspasan las fronteras geográficas. Esto se concretará en el hecho de que se estima que el 50% de los contenidos de “streaming” para los mercados europeos en 2030 serán programas en lengua no inglesa, lo que enfatiza la demanda de historias de otras culturas y costumbres distintas a las de los espectadores.

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Fatiga digital en un mundo alimentado por la nostalgia

Pese a que ya vivimos en un mundo crecientemente digitalizado, los expertos de Canon predicen que el poder de la impresión seguirá desempeñando un papel de apoyo en la experiencia del “storytelling” visual, dada la conexión emocional que aporta.

Las investigaciones sobre la humanidad ayudan a los ”storytellers” a superar el ruido digital o, como afirma la fotoperiodista, artista y fotógrafa Tasneem Alsultan, crear espacio para las cosas que “disparan nuestros sentimientos”. Ella no se imagina “que la impresión desaparezca pronto, debido a la belleza intrínseca y la nostalgia que inspira. Más bien, lo digital y la impresión coexistirán en armonía, para crear una experiencia emotiva a través de los espacios físicos y virtuales, que nos pueden convertir a todos en ”storytellers”.

El Programa de Embajadores de Canon EMEA reúne a algunos de los mejores fotógrafos y videógrafos del mundo procedentes de los países de la región EMEA (Europa, Oriente Medio y África), para compartir historias de interés público.