Ya sean fotógrafos, videógrafos o creadores de contenido, los objetivos intercambiables amplían las posibilidades creativas como ninguna otra herramienta. Potenciar la propia mirada puede ser la clave para diferenciarse y elegir el objetivo adecuado puede ayudar a capturar imágenes y vídeos con intención, calidad y estilo.

Cambiar de objetivo es cambiar de punto de vista. Con un sistema de objetivos intercambiables, pueden adaptarte a las necesidades de cada proyecto: desde un plano cerrado con desenfoque cinematográfico hasta una panorámica que abarque toda la escena. Tanto si se centra el contenido en moda, naturaleza, arquitectura o vlogging, la elección del objetivo adecuado puede marcar la diferencia entre una imagen simplemente correcta y una inolvidable.

Antes de decidirse por un objetivo, conviene conocer los factores técnicos que afectan directamente al resultado final.

Tipo de sensor: APS-C o Full Frame

El tamaño del sensor influye en cómo se comporta un objetivo. En cámaras APS-C, como la Canon EOS R10, la longitud focal se multiplica (por 1.5x o 1.6x), acercando la escena. Algo que se puede encontrar muy útil para fotografía o vídeo de naturaleza y deportes. Por otro lado, los sensores Full Frame, como el de la Canon EOS R8, tienen un tamaño superior lo que permite captar más luz, más detalles en cada fotografía y proporcionan un mayor control sobre la profundidad de campo.

Abertura: controlar la luz y el desenfoque

La abertura determina cuánta luz entra en el objetivo El tamaño de la abertura se expresa en pasos f, que puede ir desde el f/1.2 hasta el f/22, y cuanto menor sea el número, mayor será la luminosidad del objetivo.

Es decir, cuanto más amplia sea la abertura, más luz podrá pasar a través del sensor de la cámara, con lo que se obtendrán mejores resultados, especialmente en condiciones de baja iluminación.

Además, la abertura también determina la profundidad de campo de la imagen, es decir, qué parte de la escena que se está fotografiando tiene un enfoque nítido. Una abertura amplia (número f más pequeño) produce una profundidad de campo reducida, que aporta a los retratos un atractivo fondo desenfocado, por ejemplo. Una abertura más estrecha (número f más grande) genera una mayor profundidad de campo, lo que es ideal para conseguir nitidez de delante hacia atrás en un paisaje amplio.

Longitud focal: amplía o acércate

La longitud focal de un objetivo es literalmente la distancia entre su centro óptico y el sensor de la cámara, por lo que define el ángulo de visión, y, en el caso de Canon, puede variar entre los 10 mm y los 1200 mm.

Un gran angular, como el RF 10-20 mm f/4L IS STM, muestra más escena y genera dinamismo, ideal para interiores o blogs, mientras que un teleobjetivo, como el RF 600 mm f/4L IS USM, aísla el sujeto y aporta intimidad, siendo muy útil en fauna, retratos o detalles de producto.

Además, existen otras opciones que nos ayudan a captar el mundo de una forma diferente para acercarnos a cómo percibe el mundo el ojo humano. Es el caso del objetivo RF 5.2 mm f/2.8L DUAL FISHEYE, formado por dos objetivos de ojo de pez en uno. Los centros de las dos lentes están separados aproximadamente 60 mm, la distancia media entre los centros de las pupilas de un humano, para proporcionar una experiencia de visualización estereoscópica natural.

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