En momentos donde la situación de mercado está compleja y difícil, creo que hay que poner en valor al comercio de proximidad. Es cierto que el ocio, la restauración, los viajes, los gastos fijos y generales, los precios elevados, el descenso de los recursos económicos de las familias… se están llevando los focos, en vez del equipamiento del hogar. Han sido unos buenos años para el comercio de proximidad, pero en este 2024 toca pelear y mucho.

Considero que la distribución de cercanía tiene muchas virtudes y ventajas que nunca podrán tener otros canales de venta. El sector goza de 5.000 puntos de venta, más de 80 almacenes, más de 2.000.000.000€ en facturación, más de 15.000 empleados… Las tiendas de cercanía acaparan un 70% de los establecimientos en España (de menos de 700 m2).

Además de todos estos datos, está el intangible que es donde destacáis por encima del resto. Los empleados conocen la vida de sus clientes, saben lo que quieren y necesitan, y son capaces de guiarlos en el proceso de compra. Asimismo, saben mejor que nadie que el servicio es lo más importante.

Muchas veces sirven de confidentes del propio consumidor, que tiene sus problemas y necesita salir de casa y entrar en la tienda de proximidad donde le conocen, y pueden incluso ayudarle a despejarse. El sector destaca también en el servicio posventa. Una mala experiencia en este sentido puede provocar muchas veces no volver al punto de venta o hacerlo enfadado. Los establecimientos de proximidad tienen las ofertas más ventajosas para el consumidor y trabajan más duro que nadie para que cada día sus clientes se vayan satisfechos y contentos con las compras realizadas. Dependen de ello y creo que pararse un segundo para ponerse en valor, es muy necesario en el sector.

Por todo ello, hay que ser conscientes de que el sector es muy grande y que sois más importantes de lo que creéis.

Por Jesús Olaya, director general de Ei Actualidad