Finalizado el verano, llega el temible septiembre, donde mucha gente coincide sobre la recesión que habrá en España, la crisis energética evidente y un ritmo imparable del IPC, entre otros temas. Es cierto que el panorama no es nada halagüeño, sin embargo, aquellas empresas que hayan sabido diferenciarse y buscar ser atractivas para un consumidor cada vez más informado, aquellos que hayan sabido ganarse al nuevo consumidor, por supuesto, tendrán futuro.
Hay que saber bien con que números compararse. En líneas generales, el aire que se respira en las tiendas y en el sector en general es que los meses de verano han sido malos; y las previsiones para final de año también lo son. La mayoría comparan sus números con los del año pasado (un 2021 que fue excepcional, en general, para el sector), sin duda un año todavía atípico y no muy representativo de la realidad del sector.
Este 2022 es un año donde ya la crisis de la Covid ha pasado a un segundo plano. Y coincidiendo con muchas opiniones, el verdadero año con el que hay que comparar el actual es con 2019, un año previo a la gran crisis sanitaria y toda la historia que ya hemos vivido. Aquellas empresas que comparan sus datos de 2022 con los del 2019, en líneas generales, están satisfechas con el resultado, ya que, en este curso, están por encima de las cifras prepandemia, de los datos del último año ‘normal’.
Por tanto, que en este 2022 se consiga empatar o estar un poco por debajo de un año atípico y muy positivo como el 2021, no es del todo una señal preocupante. Eso sí, hay que apretar los dientes, trabajar en pos de un futuro mejor y buscar nuevas oportunidades de negocio.
Por Jesús Olaya, director general de Ei Electro Imagen