Los constantes cambios en las políticas energéticas y medidas fiscales en España requieren que los consumidores comprendan bien su factura de la luz. Este documento forma parte de la vida cotidiana y entenderlo adecuadamente es esencial para tomar decisiones acertadas sobre el consumo energético y para gestionar los gastos de forma eficaz. La complejidad de la factura puede dificultar esta tarea, pero con los conocimientos adecuados es posible comprender cada concepto y ahorrar de manera más inteligente.
Haverland es consciente de la importancia de brindar información clara sobre cómo entender y optimizar el gasto energético, por lo que ha elaborado esta pequeña guía para entender la factura energética.
Conceptos clave en la factura de la luz
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Potencia contratada: se refiere a la cantidad de energía reservada para un hogar, medida en kilovatios (kW). Es crucial elegir adecuadamente esta potencia para evitar gastos innecesarios en la factura.
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Energía consumida: aquí encontrarás cuánta energía se ha utilizado durante el período facturado, medida en kilovatios hora (kWh). Comprender el consumo permite identificar patrones y hábitos para optimizarlo y, así, mejorar el ahorro energético.
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Término de potencia y energía: representan los precios asociados a la potencia contratada y al consumo de energía respectivamente.
Entenderlos ayuda a tener claro qué se está pagando exactamente y cómo se pueden gestionar mejor los gastos.
También hay impuestos y cargos adicionales, como: El IVA de la luz (el IVA ha regresado a su tipo de gravamen habitual del 21%); impuesto especial sobre la electricidad (del 5,113% sobre el importe total del término de consumo y potencia); impuesto a la producción eléctrica (tiene como objetivo contribuir a la sostenibilidad y mitigar el impacto ambiental de la producción eléctrica).
10 consejos para ahorrar en la factura de la luz
1.Cambiar a lámparas de bajo consumo, como las LED.
2.Comparar tarifas eléctricas de diferentes proveedores y seleccionar la más adecuada según los patrones de consumo.
3.Adquirir electrodomésticos eficientes energéticamente que requieran menos electricidad.
4.Regular el uso de la calefacción eléctrica, ajustando la temperatura para reducir el consumo energético.
5.Programar el aire acondicionado con anticipación, en lugar de encenderlo de manera repentina al llegar a casa.
6.No dejar luces encendidas cuando no se esté en una habitación o en casa.
7.Evitar dejar dispositivos electrónicos en modo de espera.
8.Optar por programas de lavado en frío en lavadoras o lavavajillas.
9.Aprovechar la luz natural durante el día para minimizar el uso de luces artificiales.
10.Realizar un mantenimiento regular de los electrodomésticos para garantizar su eficiencia y evitar consumos excesivos.