Balay, la marca española de electrodomésticos, renueva su identidad corporativa. Una imagen que impulsa el atractivo visual y fortalece los valores de la marca.
Este cambio refleja la historia de la marca, sus valores (marca cercana, práctica y dinámica), su visión y su público objetivo, para dar como resultado un lenguaje visual único, relevante y muy personal.
Aunque el logotipo sigue siendo el mismo, se ha actualizado a un azul más vital, con más fuerza y más digital. Un azul que describe a la perfección cómo es Balay.
Este azul va acompañado de otros dos colores habituales en la marca: el blanco y el verde. Y, otra de las grandes novedades en esta renovación es la inclusión de los colores azul oscuro, el naranja y el gris.
Otro de los cambios más llamativos es el uso de las masas de color, una tendencia de diseño y modernidad cada vez más utilizada. En el caso de Balay, estas masas le aportan exclusividad y personalidad.
Las tipografías de la marca también cambian y, además, cuando el empleado dé un mensaje, contará con una tipografía propia para ello. Son tipografías que destacan por su amabilidad, legibilidad y que transmiten cercanía y experiencia, al igual que la marca.
El alto grado de reconocimiento del símbolo de Balay (la espiral) hace que, con esta nueva identidad corporativa, cobre todavía más protagonismo. Al igual que la incorporación de nuevos módulos, cuadrados y círculos, al sistema visual de la marca.
El empleado de Balay cobrará más protagonismo si cabe. Esta figura ha sido siempre un elemento clave en la comunicación de la marca, ya que los empleados son el corazón de las fábricas que Balay tiene en diferentes puntos de España. Una realidad que refleja una producción cercana, de aquí. Es un elemento único, propio y exclusivo que se asocia, sin duda, a la marca Balay y refuerza el territorio de la amistad.