El día 31 de enero, Salvador Climent deja su cargo en manos de José Ramón Catalá, hasta ahora subdirector general del grupo. “Cambia mi vida, cierro una etapa. Siempre he sido un promotor de los cambios y hay que aceptarlos y hacerlos fáciles. Por eso, no me quiero quedar en el sector ni como consultor ni como asesor… Voy a dedicarme a mi familia y a mis nietos, además de colaborar con la ONG ‘El Teléfono de la Esperanza’. Y el próximo curso me matricularé en la universidad”, nos confiesa Climent. Y prosigue: “Sé que dejo la organización en buenísimas manos. Hemos tenido la suerte de contar con un magnífico profesional, con ética e integridad. El futuro de Comelsa está asegurado con él”.
Pioneros en reciclaje
Hablamos con él mientras paseamos por las instalaciones que tiene el grupo en la localidad valenciana de Picanya: un almacén de más de 15.000 metros cuadrados equipado con sistema de gestión por ubicaciones y robotizado. Desde allí gestiona un proyecto de reciclaje de la Unión Europea del que han sido pioneros en nuestro país, Recypack. “Somos la empresa del sector que más colaboramos con el medio ambiente porque no sólo reciclamos los aparatos, que eso es lo más habitual, si no que esta acción llega a todo: cartón, flejes, plástico e, incluso, corcho blanco, que no lo está haciendo nadie en España. Una economía circular 100%, porque ese corcho luego va a una fábrica de pellets donde inicia otra vez su vida y, en cambio, si se tira al vertedero, no se degrada, se queda ahí para toda la vida. También contamos con dos instalaciones de placas fotovoltaicas, una para la venta y otra para autoconsumo”.
Todo el personal lleva entre sus manos un terminal WiFi, ya han dejado atrás el papel. En nuestro trayecto, Salvador Climent nos enseña las diferentes naves así como un almacén totalmente robotizado. Hay algo de ruido y nuestra conversación es interrumpida por el ajetreo de un día normal de trabajo: por las preguntas, los comentarios…
En las instalaciones centrales operan 68 personas para dar servicio a los 93 establecimientos que forman parte del grupo, unas tiendas repartidas por la Comunidad Valenciana, Albacete, Teruel, Murcia y Baleares, de las que 20 son propias, y en las que trabajan otras 100 personas. “Empezamos hace 25 años con el primer punto de venta propio y primero fue una progresión muy lenta. En 15 años, teníamos cuatro tiendas, pero luego se fue desarrollando más rápidamente. La última que hemos inaugurado, a finales de 2022, ha sido un establecimiento de un asociado que se ha quedado sin sucesión, un drama que hoy tiene que afrontar nuestro sector, y que ha pasado, por tanto, a ser propio para evitar su cierre”.
La apuesta por tiendas rentables
Comelsa apuesta por una tienda rentable. “En nuestro modelo de negocio, la tienda pasa de comprar, almacenar y luego vender, a primero vender, después comprar y luego se lo enviamos, con lo que no tiene que almacenar nada. El punto de venta nos pide estrictamente lo que ha vendido, es decir, nosotros suministramos a la tienda de forma unitaria”.
Salvador Climent remarca que las tiendas Comelsa han hecho reformas importantes para actualizarse. “Además, apostamos por abastecerlas de productos novedosos y de gama media alta, para que sean sostenibles. Creo que ha sido un factor importante formarlas y darles el conocimiento para que pudieran gestionar mejor su punto de venta y eso solo se puede hacer elevando el mix de producto y apostando por la venta cruzada. En nuestros puntos de venta se venden mucho más que electrodomésticos, se venden extensiones de garantía, financiaciones… Además, estar en Sinersis y a la vez en Euronics International nos da una posición de privilegio y de fuerza muy importantes”.
Ya hemos recorrido dos naves y ahora pasamos por la tercera, destinada a un almacén robotizado, y por la cuarta, la última que ha adquirido el grupo y que ha servido para, en este escenario incierto, comprar género y evitar dejar desabastecidas a las tiendas.
Una vida dedicada al sector
Salvador Climent inició su trayectoria en el sector en 1976, con 21 años, en el ramo de la informática y, en 1981, le ofrecieron pasar a ser el gerente del grupo. “Yo vine para informatizar toda la gestión de la empresa. Por aquel entonces, sabía muy poco de lavadoras y frigoríficos. Como no había ningún lugar donde aprender, me dediqué a leer libros de instrucciones y ahí comenzó una afición que conservo hoy en día. Yo creo que debo ser de los pocos que se lee los libros de instrucciones de cualquier producto, sea el que sea”.
Siempre involucrado con el sector, Salvador Climent ha sido el presidente de Comelec durante los últimos cinco años. En noviembre le sustituyó en el cargo José Ramón Catalá. Durante todo este tiempo ha luchado por un comercio de la comunidad valenciana más unido, “una tarea difícil ya que creo que seremos los últimos o penúltimos en cuanto a asociacionismo se refiere. Hay que hacer entender al comerciante de que si no se une pierde su representatividad y fuerza ante la Administración o ante cualquier demanda que quiera llevar a cabo”.
También ejerce como vocal de FECE desde el año 2007, donde ha participado muy activamente en todos los temas relacionados con el reciclaje.
Una empresa sin trabajadores no puede existir
En todos estos años, el sector ha cambiado y mucho. “Está mejor de lo que estaba, se ha profesionalizado y se ha organizado, con estructuras sólidas y de futuro. En Comelsa ese camino se ha hecho poco a poco. Al yo venir del mundo de la informática, el grupo siempre ha sido uno de los pioneros en este campo. Por ejemplo, cuando no existía Internet, nosotros teníamos todas las tiendas conectadas con nuestra propia red a través de un aparato francés que se llamaba Minitel”.
Esto hizo que el grupo consiguiera fidelizar a las tiendas junto a una política en la que el precio no era ni sigue siendo lo principal. “Huimos de que tuviera que venderse solo el precio y, durante muchos años, hemos estado formando a los establecimientos. No importa que un comercio sea pequeño o familiar, no deja de ser un negocio y tiene que ser rentable para ser sostenible. Desde que empezamos marcamos el plazo de pago de las tiendas en 30 días y lo hemos mantenido pese a todas las crisis, una fórmula que nos ha garantizado puntos de venta mucho más saneados”.
Cuando le preguntamos por el legado que cree que deja en Comelsa, Salvador Climent, además de la parte de negocio, quiere hablar también de las personas. “Espero que no sólo me recuerden por mi legado en los números, que, sin duda, muestran los éxitos y los beneficios, sino también por lo que dejo en las personas. Creo que durante todos estos años hemos conseguido crear un clima y un ambiente de trabajo tanto en la central como en las oficinas, en el almacén y en las propias tiendas que nos ha dado mucha estabilidad. Es importante cuidar de tu gente, porque una empresa sin trabajadores no puede existir. Y es en definitiva de lo que me siento más orgulloso, de que la gente trabaja a gusto aquí”.
2023: crecimiento y nuevos proyectos
Tras unos años de bonanza en el sector, de los que también se ha visto beneficiada Comelsa, ahora Salvador Climent, pese a que la organización sigue creciendo, augura un panorama de cierta ralentización, provocado por la incertidumbre de los acontecimientos que se están produciendo a nivel global y por la fuerte tendencia inflacionista.
“Es una pena que haya tenido que venir un Covid para revitalizar el sector”, apostilla. “Comelsa ha cerrado el ejercicio de 2022 con crecimientos. 2023 es toda una incógnita porque no sabemos qué va a pasar con todos los conflictos que hay abiertos en este momento. Yo creo que es posible que haya una cierta ralentización, aunque no para todo el sector. Espero que nosotros sepamos hacerlo mejor y que podamos seguir captando la atención de los clientes”.
Acabamos la visita de las instalaciones en una nave nueva que va a convertirse de forma parcial en un almacén robotizado para palés. En el exterior, Salvador Climent nos empieza a dibujar también lo que será un nuevo muelle de carga “para darnos un poco más de holgura”. Estos nuevos proyectos se unen a la continua captación de tiendas, “que no deben tener miedo al cambio y tienen que apostar por ser sostenibles y rentables. Comelsa estará aquí para ayudarles con los mismos criterios y las mismas facilidades de siempre. Les animo a hacer el cambio y seguro que se sorprenderán”.