En momentos como el actual de grandes turbulencias en el mercado y grandes incertidumbres sobre el futuro a corto y medio plazo tenemos noticias de la gran cantidad de autónomos y pequeñas o medianas empresas que han cerrado con el aumento considerable de los concursos de acreedores.
Para las personas que trabajaban en estas empresas es un drama porque si no se crean más cantidad de nuevas compañías que aquellas que cierran es muy difícil que encuentren trabajo y ya sabemos que las personas si estamos mucho tiempo inactivas nos vamos quedando atrás en este mundo que va a gran velocidad. Es un momento en el que las empresas que pueden seguir en el mercado son sin duda aquellas que han hecho bastante bien las cosas ya que desde la pandemia no ha habido tregua y el ambiente se ha complicado mucho para el mundo emprendedor y empresarial y la economía se ha complicado con factores como la invasión de Ucrania y el aumento de costes generalizados con una inflación galopante.
Los únicos contentos son los estados occidentales ya que están aumentando su recaudación de impuestos como nunca, a precios más altos para los sufridos consumidores más recaudación por IVA y otros impuestos para Hacienda.
Debería plantearse un sistema para que cuando haya una inflación tan radical y que va a seguir entre nosotros un tiempo se bajasen automáticamente los impuestos y así ayudar a las empresas y a los consumidores. Cualquier empresa o negocio vive de los márgenes, no de las ventas y si no pueden repercutir las enormes subidas de costes solo obtendremos nuevos cierres de empresas y eso es malo para la sociedad.
A las empresas les han subido de forma salvaje los costes de sus compras, pero sobre todo los costes laborales en los últimos dos años y si no pueden aplicar todas esas subidas de costes a los precios se quedan sin márgenes y sin negocio para subsistir. Además el ambiente está en contra de las empresas, se ha insultado y faltado al respeto a las empresas en general y sobre todo a algunas grandes que han generado mucho empleo y de calidad y eso tampoco ayuda porque predispone a la gente a ser agresivos e ir en contra de las empresas.
Ninguna empresa pequeña o mediana quiere crecer, nadie quiere pasar de los 50 empleos porque sabe que solo le esperan subidas extremas de costes por burocracia que nada produce y quita sentido a la verdadera labor de las personas en las empresas que es generar valor para el cliente y tener un trabajo con sentido y motivación. Un ambiente hostil contra las empresas es darse un tiro en el pie para la sociedad actual ya que va en contra de aquello que produce valor en el mercado y contribuye con sus impuestos a una mejor sociedad.
Si ya tenemos una situación geoestratégica complicada que solo trae inflación y crisis bancarias y lo agravamos complicándoles a las empresas su desarrollo solo aumentará el paro y entraremos en una espiral peligrosa. Cuando una empresa cierra las personas que allí trabajaban dejan de consumir como lo hacían y a su vez las empresas que quedan en el mercado venden menos y entran en crisis también. España es sobre todo un país de microempresas y pymes y por eso se deberían cuidar más las mismas y ayudarlas al máximo en lugar de complicarles la vida.
Nadie que tenga unos mínimos conocimientos de economía o del mundo empresarial ignora que si les subimos los costes de forma radical a las empresas y no pueden repercutirlos a la misma velocidad perderán márgenes o sea rentabilidad y las pondremos en peligro. Es más necesario que nunca priorizar (en estos momentos de inflación y crisis bancaria que complicará la financiación de las pymes españolas) el empleo y el mantenimiento de las empresas que ganar más a fin de mes poniendo en peligro la continuidad de las empresas y poniendo en el paro a unos generando una verdadera desigualdad social.
Lo importante es que se recuperen las empresas y consigan subsistir y cuando vayan recuperando los márgenes se mejoren las condiciones de todos y puedan pagar sus impuestos sin recurrir a nuevos créditos que solo generarán más deuda futura.
Es el momento de los valientes, pero también de los sensatos, es hora de diseñar estrategias que tengan como objetivo prioritario ayudar a las empresas que subsisten, así como a las de nueva creación para aumentar el número total de las mismas en España y tratar así de generar nuevos empleos y mantener los que hay.
Hay que felicitar a las pequeñas empresas españolas en un momento tan crítico que son capaces de seguir adelante y a las que comienzan su andadura y debemos ver a las empresas como lo que realmente son, un proyecto económico y social que contribuye a una mejor sociedad, más prospera y con mejores perspectivas, solo así podremos ser un poquito más felices todos. Las consecuencias emocionales que producen las decisiones de cada gobierno se han vuelto tan importantes o más que las económicas.
Hay que buscar mejoras internas antes de buscar mejoras externas. El hábito de tomar decisiones rápidas y cambiarlas con calma si es necesario es un factor común de éxito.
José Carrasco
Cofundador de Fersay y Azelera formación.